La base de todo, la triple amenaza

Cuando empecé a entrenar rápidamente me decidí a hacer el curso de entrenador de 1r nivel de la Federació Catalana de Bàsquet. En aquella época el curso se basaba en los libros de Joan Junoy, con el que tuve la suerte de coincidir más tarde en el Joventut. Estos en diversas ocasiones hacían referencia a un concepto del cual se decía que era la madre de los otros: la triple amenaza.

Básicamente por la dificultad de trabajarla y mejorarla es un concepto del que se acepta dicha importancia pero ésta normalmente no queda reflejada en el día a día en muchos equipos de formación. ¿Tan importante es? ¿Si es así, porque no se trabaja específicamente? Tenemos tanta prisa con mejorar los otros tres fundamentos base (1. Tiro, 2. Bote, 3. Pase) que el fundamento número 0 queda en el olvido. Ni se acostumbra a trabajar particularmente ni se acostumbra a corregir específicamente cuando se trabajan los otros fundamentes.

Pasan los años y en las categorías de perfeccionamiento muchas veces ni se nombra la triple amenaza. Los equipos se dedican a trabajar el juego reducido (y muchos haciéndolo realmente bien), pero al jugador no se le comunica la importancia que realmente tiene la postura general básica del baloncesto. Pero llega el momento de competir (en cualquier de sus formas, desde el 1×1 al 5×5) y la triple amenaza tiene mucha importancia ya que el jugador debe decidir en pequeños momentos de tiempo que decisión tomar llegando a ejecutar la decisión lo más rápido posible.

El objetivo de la triple amenaza es llevar el balón a una posición para que esté preparado para realizar una acción de bote, pase o tiro. El balón no debe estar fijo en una parte del cuerpo ni tampoco puede estar moviéndose de un lado para otro. Debe estar en una franja entre los hombros y las rodillas en un lado o en otro del cuerpo. Por lo general, el fundamento de más amenaza (hay jugadores que puede tener alternativas) es el tiro y por lo tanto lo mejor es que el balón esté en una posición de amenaza constante de tiro. Por lo tanto, los brazos deben estar flexionados con el balón lejos del cuerpo ya que éste no nos debe impedir realizar cualquier acción posterior. Desde más arriba de la cintura el jugador puede poner el balón al suelo, pasarla y tirar. El problema de bajar el balón es que la acción de tiro, que es la que más precisión necesita, tiene demasiado recorrido. Por lo tanto, el objetivo de un jugador cuando recibe si no lee una acción alternativa mientras recibe (como arrancar o pasar sobre la recepción) es colocar el balón en posición de triple amenaza.

En la triple amenaza el jugador debe estar preparado y esto solo se consigue si el jugador está flexionado. El jugador debe tener la cabeza levantada. No mirar el aro ni los pies del defensor. Estar con la cabeza arriba para mirar los hombros del defensor y los compañeros pero sobre todo sus defensores. Además, se tiene que mantener activo el balón, moviéndolo por las diferentes acciones pero con el sentido y la velocidad adecuada que permita al jugador reaccionar el cualquier momento.

El jugador debe interpretar momentos antes de recibir cual debe ser su mejor posición. El jugador debe atacar la línea de 3 puntos cuando se va a recibir. A no ser que la prioridad de la recepción sea claramente el pase (como por ejemplo una recepción central), la idea del jugador sin balón es acercarse a la línea de 3 puntos para amenazar realmente el tiro y acercar la defensa.

El receptor, además, debe usar la velocidad adecuada para tomar la decisión. El atacante no debe precipitarse tomando una decisión pero cuando la toma lo debe hacer a la máxima velocidad. Por ejemplo, en el momento que lea un pase debe ser capaz de darlo lo más rápido posible o le leerán la intención. Lo mismo si arranca hacia el aro: máxima velocidad.

El uso de las fintas ayuda a encontrar ventajas cuando al principio las puede no haber demasiado claras. La finta de tiro no debe ser un automatismo creado ni una acción que se hace sin leer la respuesta. Debe hacerse en el momento adecuado sobre todo cuando el defensor estando cerca (o en una recuperación defensiva) no permite ni el tiro ni la penetración ya que si permitiese el tiro, mejor sería lanzar y si permitiese la penetración, mejor sería penetrar.

En la defensa del 1c1 cuando el atacante tiene el balón en las manos se busca lógicamente que no suceda lo anterior, es decir, romper la triple amenaza por alguna de las tres salidas y esto se consigue si el atacante deja de estar en triple amenaza.

Primero, debemos controlar la distancia que permite evitar el tiro, evitar la penetración y defender el pase. La distancia correcta sería un brazo ya que con este se evita el tiro. El defensor del balón debe estar un poco más atrás si el balón está abajo ya que la salida inminente va a ser la arrancada. En cambio si el balón está arriba, probablemente sea para tirar y por tanto el defensor se debe acercar al hombre con balón.

El jugador de balón debe presionar el balón de manera que el atacante se sienta presionado. Es bueno colocar una mano en el pase de salida de la mano del balón, para que el pase no salga directo, leyendo el momento del pase. Además, se debe presionar el balón de manera que el atacante lo coloque encima de la cabeza o bien escondido en la cadera.

En definitiva, tanto en el ataque como en la defensa del jugador de perímetro del 1×1 la clave es la ventaja que genera la triple amenaza. El jugador debe mejorar poco a poco el uso que realiza de la triple amenaza para conseguir sacar provecho de sus habilidades en los otros fundamentos al mismo tiempo que mejorará su conocimiento del juego.

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