Luz en el horizonte

El colectivo de entrenadores y entrenadoras, especialmente a nivel profesional, hemos tendido tradicionalmente a cerrarnos en nosotros mismos, en nuestros staffs, con nuestros conocimientos y compitiendo por trabajo con otros entrenadores, ya no solo en las mismas categorías profesionales sino incluso dentro del mismo club. Esto es así y no nos debemos engañar a nosotros mismos cuando hemos sido “entrenadores de nuestro equipo”.

Esta tendencia, tanto en ámbito profesional como en ámbito de la formación, se ha ido rompiendo por parte de muchos entrenadores y entrenadoras, a pesar de competir en su trabajo ya que forma parte de la naturaleza del mismo en el caso de ligas no formativas, han decidido juntarse y luchar por mejorar su formación y las condiciones laborales a las que están sometidos.

Nuestras condiciones laborales dejan mucho que desear. No hay trabajo en España para tantos entrenadores y el que hay no está mínimamente pagado. Muchos tenemos que irnos o entrenar por debajo de los mínimos si queremos proseguir con nuestra carrera profesional. Incluso en categorías formativas hay entrenadores que sustentado en el voluntariado tienen responsabilidades que deberían ser compensadas. Un entrenador con responsabilidad al frente de un grupo de niños o niñas debe ser compensado, y no todo se debe basar en acuerdos de “buena voluntad” o “para su formación”. Y los derechos no solamente se acaban en el trabajo y en el sueldo sino también en las condiciones de nuestro trabajo. Las Federaciones, los Clubes y los responsables de gobierno deberían ser capaces de ayudar a establecer estos convenios que nos facilitaran nuestro día a día.

Era una evidencia que la Asociación Española de Entrenadores de Baloncesto (AEEB) ha ido perdiendo entrenadores, compromiso por la mejora de nuestro trabajo y su actividad ha quedado más que obsoleta. Me ilusiona esta nueva oleada de asociaciones de entrenadores renovadas y activas, como pueden ser la Vasca (AVEB), la de la Comunidad de Madrid (AEBCAM), la Castellano y Leonesa (ACLEB), la de Castilla la Mancha (AEBCLM), otras de más locales como en el caso de la asociación de entrenadores de Badalona (ABEB) y la renovación de la asociación catalana (ACEB) con una nueva junta directiva y nuevas líneas de trabajo e innovación.

En las múltiples actividades que estas modernas asociaciones de entrenadores realizan, ya sea de manera presencial u on-line, demuestran como entrenadores no profesionales se comprometen con el fin de mejorar el conocimiento del colectivo de entrenadores: conferencias, clínics, charlas, debates… todo ello sirve para cohesionarnos más como colectivo y, al mismo tiempo, mejorar nuestros conocimientos y habilidades. Hay que valorar el tiempo que dedican estos entrenadores al colectivo aparte de entrenar sus equipos y, la mayor parte de ellos, trabajar en otras tareas.

La aparición de sindicatos como el Sindicato de Entrenadores de Baloncesto (SINEB), y en el último año, la Unión Entrenadores Baloncesto (UEB), con el objetivo de mejorar nuestras condiciones laborales demostró como una mayoría de entrenadores profesionales y algunos de ellos con una trayectoria muy dilatada, se unieron para mejorar nuestro trabajo para TODOS y, con el tiempo, a todos los niveles. Ha habido una lucha especialmente en el reconocimiento de una figura muchas veces olvidada y no reconocida como la del entrenador ayudante. Es cierto que, a nivel profesional, todos luchamos para que nuestro equipo mejore, compita y gane contra otros equipos dirigidos por otros entrenadores. Todos queremos entrenar a los mejores equipos posibles. Pero, al final, esto es un trabajo y por encima de todo, está el hecho de como nuestro trabajo afectan a nuestra vida diaria, incluso en otros ámbitos tan importantes como el personal o el familiar. Ganar es importante, nos da el trabajo, no nos engañemos. Pero algunos quieren ganar a toda costa mientras que otros se desentienden del colectivo (mientras no les afecte a ellos). No obstante, lo más importante es ser coherente con los valores por los cuales creemos y en nuestro trabajo debemos luchar como dijeron algunos entrenadores en la fundación del SINEB “por los que no tienen estas condiciones y por los que vendrán”. Este compromiso debería formar parte de cualquier trabajador en cualquier ámbito laboral.

No quiero hacer una llamada a asociarse ni a afiliarse, lógicamente, pero si a comprometerse por el bien del esto de entrenadores del colectivo dejándose de comportamientos donde entrenadores solo actúan si les afecta a ellos mismos o a sus propios equipos. Debemos mirar por el club donde estamos y por el colectivo al cual pertenecemos. Estas entidades y muchas otras son muy importantes para cohesionar nuestro colectivo de entrenadores y debemos agradecer la implicación individual desinteresada de muchos entrenadores/as que buscan compartir conocimiento y mejorar nuestras condiciones de trabajo.

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